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viernes, 28 de abril de 2017

CINEMAGRAPH MUJERES (143) A un abanico perdido - Juan Gil-Albert



En las manos del ocio, un breve tiempo
abriste tu ala blanca, pregonando
el lejano país donde se oculta
la oriental primavera. Yo podía,
con un antiguo gesto silencioso,
sentir la palpitante ligereza
del aire en mis mejillas, como vuela
entre el denso calor adormecido
la errante mariposa. Nunca tuve
poder más lisonjero que los días
en que en tu frágil cetro de bambúes
florecían las brisas al deseo
de su mecido dueño. ¿Quién osaba
rivalizar conmigo un privilegio
tan olvidado, y quién sonríe ahora
a esos dones trenzados por las gracias?
Breve fue, ¡oh tierno objeto!, la fragante
flor de tu amor, que arranca de las manos
el destino insaciable cuando intenta
hundirnos en distancias infinitas.
Como un sueño contemplan nuestros ojos
el vacío de algo que brillaba
como un cuerpo real, y sólo queda
de un tal placer la sombra de una duda,
con tan intensa fuerza evocadora
que visionarios somos de sus tercas
formas desvanecidas. Un aliento
de extraña ligadura nos conmueve
con todo lo que fue, y así tú ahora
transmites al que pulsa el varillaje
de tu inconsciente alma, unos secretos
velados por la lánguida pereza,
y que dan a esa faz que te sonríe,
como yo ayer, el soplo de la vida.

lunes, 24 de abril de 2017

CINEMAGRAPH CINE (78) Aquí he llegado - Vicente Gerbasi



Aquí he llegado
para imponerme el conocimiento de la eternidad,
para ver rodar mi cabeza
tiempo abajo,
arena abajo,
alucinación abajo,
hacia el metálico redoble de los truenos
que confunden las montañas
en negros ámbitos azules.

Se detuvieron aquí las tribus,
se detuvieron aquí los profetas,
se detuvieron aquí los santos.

Venían las mujeres
y los niños.
Vestían pieles
de animales de los montes,
rudimentarios paños
a franjas de colores,
todos iluminados
en fuegos rituales.

Quisiera dejar un canto
para la eternidad,
enterrado en una vasija de barro,
un canto junto a mis huesos,
un salmo
para oír a Dios
en la música de un arpa,
para verlo en un fuego de nubes
sobre los pueblos siempre nuevos
edificando con la arena del desierto,
y para ver el desierto
que lleva su silencio
del día a la noche
como continuación del firmamento.

sábado, 22 de abril de 2017

Paisaje animado de cascada (76) Casualidad - Paul Geraldy



Y pensar que pudimos no habernos conocido!
¿No meditas cuán buena nuestra fortuna ha sido
para que al fin estemos uno del otro al lado,
para que seas mía, para ser yo tu amado?

"El uno para el otro nacimos... Así dices.
Pero ¡qué coincidencias para ser tan felices!
Antes de que en la vida, con un amor profundo,
la suerte unido hubiera tu corazón al mío
-siendo el tiempo tan largo, siendo tan grande el mundo-;
vivimos separados, solos, con hondo hastío...
¡Y pudimos entonces, por capricho del hado,
en el haz de la tierra no habernos encontrado!

¿No has pensado, en el arduo sendero recorrido,
en los peligros graves y azares que ha corrido
nuestra dicha -esa dicha, manantial de ilusiones,
que el mundo entero ahora nos hace ver hermoso-
cuando el uno hacia el otro, con poder misterioso,
gravitaban callados nuestros dos corazones?

¿No sabes que ese viaje no tenía certeza,
el viaje hacia una noche por mí no presentida,
de que un capricho apenas o un dolor de cabeza
han podido apartarnos para siempre en la vida?

Nunca te había dicho, ¡cosa muy rara!, que
cuando por vez primera te vi, no me fijé
en que eras tú bonita; lo digo francamente:
te miré aquella noche con aire indiferente.

Con su risa, tu amiga mi tedio distraía;
fue más tarde cuando ambos cruzamos la mirada,
y si algo sentí entonces que hacia ti me atraía,
tú no lo comprendiste... Mas no me atreví a nada.

Si esa noche tu madre te hubiera conducido
más temprano a su casa, ¿qué habría sucedido?
¿Y si el rubor no hubiera de pronto, cuando el manto
te coloqué en los hombros, a tu rostro subido? .
Porque ésa fue la causa de todo lo ocurrido.

Aquella noche, aquélla de inolvidable encanto,
un retardo cualquiera, cualquier inconveniente
que en ese viaje hubiera surgido de repente,
esta embriaguez de ahora ninguno sentiría,
ni este placer sin nombre que absorbe nuestra mente.
En mi alma, que es otra, tu amor no existiría,
y tu vida, en mi vida nada... nada sería!

Corazoncito mío, que me apartas lo triste
de la vida, y alegras con luz mi porvenir...
Pienso en aquellos días cuando enferma estuviste
y creíamos todos que te ibas a morir.

miércoles, 19 de abril de 2017

Paisaje animado de bucle (40) Alza tus brazos - Juan Gelman



Alza tus brazos,
ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.

Que la noche nos cubra con una campana,
que suene suavemente a cada golpe del amor.

Entiérrame la sombra, lávame con ceniza,
cávame del dolor, límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.

Tú destruyes el mundo para que esto suceda
tu comienzas el mundo para que esto suceda.

lunes, 17 de abril de 2017

Paisaje animado de Videojuegos (50) A una joven italiana - Téophile Gautier



Aquel mes de febrero tiritaba en su albura
de la escarcha y la nieve; azotaba la lluvia
con sus rachas el ángulo de los negros tejados;
tú decías: ¡Dios mío! ¿Cuándo voy a poder
encontrar en los bosques las violetas que quiero?
Nuestro cielo es llorón, en las tierras de Francia
la estación es friolera como si aún fuera invierno,
y se sienta a la lumbre; París vive entre fango
cuando en tan bellos meses ya Florencia desgrana
sus tesoros que adorna un esmalte de hierba.

Mira, el árbol negruzco su esqueleto perfila;
se engañó tu alma cálida con su dulce calor;
no hay violetas excepto en tus ojos azules,
y no hay más primavera que tu rostro encendido.

sábado, 15 de abril de 2017

Paisaje animado de viento (14) Acuarela - Humberto Gaza



Respirabas en mí, en mí; pero muy dentro,
como los tiernos brotes de una planta pequeña.
El aire de tu vaho llegaba al pensamiento
dándole vida al canto del pájaro que sueña.

Corrías en la sangre de mis noches ingrávidas
y en los ríos crecidos de minutos sin fin,
también como una lluvia perdurable de lágrimas
caías en el golfo que ronda mi Delfín.

Piel rizada en la tibia caricia de otros labios,
verbo de la neurosis deshecho en el trastorno.
Brújula sin imán, dirigiste mis barcos
en una travesía que no tuvo retorno.

El derecho al amor que ejercían tus ojos
era el escrito largo de una pluma inexperta,
buscando pertinaz, maravillas de un cosmos,
y percibiendo sólo mi geografía desierta.

Las mágicas reuniones de mis dudas antiguas
inexcusablemente llegaban como niños
a desatar la enorme borrasca de tu risa
sobre el casto pelambre de enero y sus armiños.

Debí cansarte mucho, sin notarlo siquiera;
a los reinos de abajo mis reyes han caído.
La historia de sus vidas, las sepultó la arena
del médano más grande que levantó el olvido.

jueves, 13 de abril de 2017

Paisaje animado de ríos (119) Al salir a la calle, sobre los plátanos - Olvido Garcia Valdes



Al salir a la calle, sobre los plátanos,
muy por encima y por detrás de sus hojas
doradas y crujientes, el cielo, muy por encima
azul, intenso y transparente de la helada.
A cuatro bajo cero se respira
el aire como si fuera el cielo
que es el aire lo que se respirara.
Corta y se expande y un instante
rebrota antes de herir. Ritmos
de la respiración y el cielo, uno
lugar del otro, volumen
que quien respira retrajera, puro
estar del mundo en el frío,
de un color azul que nadie viera, intenso,
que nadie desde ningún lugar mirara,
aire o cielo no para respirar.

martes, 11 de abril de 2017

Paisaje animado de ríos (118) Arenga a las rosas - Ramón de Garcíasol



Rosas, creced, pujad, multiplicaos
hasta invadir las cajas de caudales,
hasta impedir las ametralladoras,
hasta sembrar la pólvora y el hierro
de luz y primavera,
hasta ocupar el odio y las entrañas
de obuses, bombas, balas y morteros.

¡Creced, rosas, creced! ¡Pujad sin tregua!
Llenad los ojos de los tocineros,
floreced los cerebros belicosos,
corroed de esperanza a los podridos,
iluminad la mente de las bestias,
que se alimentan de oro, y sangre, y lágrimas;
que son capaces de matar la vida
porque palpita y brilla en nuestras manos.
Árboles, aguas, pájaros, frutales,
mieses, vides, obreros, plantas, madres,
óleos, músicas, máquinas, ideas,
vamos a proclamar la resistencia
de amor contra la guerra.

Están sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que ya maduran los dolores, y el sentido
va a revelarse al mundo.
Trabajad
de espaldas al temor. Abrid los ojos,
Rosas, hombres, al bien y a la belleza.
¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra.
La tierra es nuestra, y nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día,
y por nosotros se hará la paz.
Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.

¡Ahoguemos a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!

domingo, 9 de abril de 2017

Paisaje animado de ríos (117) Arquitecturas íntimas - Jaime Garcia Terres



Hay poemas edificados
en una sola tarde
sin mayor problema
porque rotundos brotan a la luz vespertina
como microcosmos totales,
hechos
y derechos,
don ágil de la musa.
Otros en cambio piden años
enteros de labor dispersa:
borradores innúmeros
tras investigaciones
minuciosas en muy diversos climas.
Pero nada sabemos,
cualesquiera que sean
los casos,
del temblor oculto;
nada nuevo
logramos aprender de los caminos,
más breves o más largos;
que conducen el sueño a su cabal destino
abriéndonos los ojos ante su pericia.

martes, 4 de abril de 2017

Paisaje animado de ríos (116) A tu orilla - Jose Garcia Nieto



A tu orilla he venido. Tengo un otoño, un pájaro
y una voz desusada. Tú me esperas: un río,
una pasión y un fruto. Y tiene nuestro encuentro
el vuelo, la corriente, seguros, proclamados.

He venido a tu orilla con los brazos tendidos
y ahora ya soy la hierba que no termina nunca,
el barro donde el agua sujeta sus mensajes
y la cuna del cauce para mecer tu sueño.

Dime si estoy pendiente de mi diario trabajo,
si basta a tus oídos mi tristísimo verso
o si a mi sombra vive mejor mayo tu carne.

De tu orilla me iría si ahora me dijeras
que te amo solamente como los hombres aman
o que mi voz te suena como todas las voces.

domingo, 2 de abril de 2017

Paisaje animado de Videojuegos (49) Bajo la luz quemada-Luis Garcia Montero



Bajo la luz quemada,
tienen frío los ojos con que buscas
estas horas de octubre
y su jardín manchado de ginebra,
hojas secas, silencios
que de nosotros hablan al caerse.

Porque si ya no existe,
aunque nadie se ocupe de sus solemnidades,
hay noches en que llega la verdad,
ese huésped incómodo,
para dejarnos sucios, vacíos, sin tabaco,
como en un restaurante de sillas boca arriba
ya punto de cerrar.
-Nos están esperando.

Nada sé contestarte,
sólo que soy consciente de mi propia ironía,
porque el hombre es un lobo también consigo mismo
-Nos están esperando.

Negras y en alto, buitres silenciosos,
nos esperan las nubes en la calle.