De aquel amor que nunca fuera mío
Y sin embargo se tomó mi vida,
Me queda esta nostalgia repetida
Sin fin, cuando sollozo y cuando río.
A veces desde el fondo del estío,
Llega la misma música entre oída
En el tiempo gozoso, la encendida
Música que cayera en el vacío.
Y quiere asirla el corazón. Beberla
Como un vaso de vino. Retenerla
Para creer de nuevo en la dulzura.
Pero se escapa y huye con el viento,
Y me deja tan solo este lamento,
Donde esconde su rostro la amargura.
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