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martes, 6 de septiembre de 2016

Paisaje animado de ríos (92) Amores ilustres - José Carlos Cataño



Yo también podría decir algo acerca de eso. Guardaos
vuestras estrellas polares, vuestras interminables
noches de amor, vuestras damas exquisitas, vuestras
hembras calientes como una mañana por Nyangabulé.
Tanto me da.

Acaso el amor sea el instante en que tiemblan dos
cuerpos demorando derramarse el uno en el otro, los
ojos en los ojos, la lengua en el secreto previo al
desfallecimiento.

Su rostro no era hermoso y era persona de pocas
palabras. Tenía desde noviembre no sé qué semilla en
agua, y ayer, como quien dice, se convirtió en un
tallo finísimo, imparable, en la alegría de la casa.

Tanto me río de lo que sobrevive al verano, que ya sé
lo que es suficiente.

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