Aquí vino...
y se fue
Vino, nos marco nuestra tarea
y se fue.
Tal vez detrás de aquella nube
hay alguien que trabaja
lo mismo que nosotros,
y tal vez
las estrellas
no son mas que ventanas encendidas
de una fábrica
donde Dios tiene que repartir
una labor también.
Aquí vino
y se fue
Vino, lleno nuestra caja de caudales
con millones de siglos y de siglos.
nos dejó unas herramientas...
y se fue.
Él, que lo sabe todo,
sabe que estando solos
sin Dioses que nos miren
trabajamos mejor.
Detrás de ti no hay nadie. Nadie,
ni un maestro, ni un amo, ni un patrón.
Pero tuyo es el tiempo. El tiempo y esa gubia
con que Dios comenzó la creación.
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