Enamoradamente he vuelto la cabeza,
allí, por la mañana de luz y de claveles,
con la viva alegría
del viajero que vuelve al lugar deseado.
Enamoradamente por los altos balcones,
entre jardines tibios, con risas de muchachas
que ya están presintiendo el roce del amor.
Lanzad, lanzad los lazos. Sujetadlo con bridas.
Es el amor, cogedle. No perdáis un instante.
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