Estás como caída,
depresión o lobos azules y lejos despeñándose antiguos.
Estás, amor, perdida,
alegremente enzarzada en ti, alegremente
acompasada a la muerte que se acerca con tatuajes de fiesta.
Estás, oh castaño de verano,
cobijando tropas de saltamontes y chupameles mustios.
Estás de vientre abierto
y una procesión de acerbos gritos, mariposas,
te eructan las entrañas y adentros sin luz.
Estás, huidiza,
aquí y no estás, porque sabes el arte
de ser tú simultánea y galopar con los ojos tus trigos nativos,
poderosamente colmada de sol y de amapolas.
Estás en mí, como quien tiene, sin nombre,
un mirlo o una hoz para conquistar los días
en los que tú no estás, en los que tú no estás, en los que tú no estás.
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