Tu amor, ayer tan firme, es tan ajeno,
Tan ajenas tu boca y tu cintura,
Que me parece poca la amargura
De que hoy mi alrededor contemplo lleno.
El mal que hiciste lo tomé por bueno;
Por agasajo tu desgarradura:
Ni yo abro el pecho a herida que no dura
Ni con vinos de olvido me sereno.
Mi corazón te tiene tan presente
Que a veces, porque vive, desconfío
Que sienta el desamor como lo siente.
Yo he ganado en el lance del desvío:
De nuestra triste historia únicamente
El arma es tuya; todo el dolor, mío.
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