A la una la botella está vacía,
A las dos el libro al fin cerrado,
A las tres los amantes ya duermen
Dándose la espalda
Terminados el amor y su comercio,
Y ahora las luminosas manecillas
Indican que son más de las cuatro,
Esa hora de la noche en la que los vientos errantes
Agitan la oscuridad.
Y estoy harto de este insomnio,
Tanto que casi puedo creerme
Que el silencioso río que sale a chorros de la cueva,
No es poderoso ni profundo,
Tan solo una imagen, una metáfora forzada.
Me acuesto y espero a que llegue la mañana, y con ella los pájaros,
Y los primeros pasos que bajan por la calle sin barrer,
Y las voces de muchachas protegidas con bufandas.
Otros blogs que te pueden interesar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario