En Hanover este crepúsculo de invierno.
Tu desnudez consumada:
Brasa blanca en el lecho.
Y la mirada que vuelve a gozarla
En la penumbra del deseo.
En la ventana
La nieve extendida
Como tú en el sueño
Absorta
Como mis ojos sobre la página.
Lejos:
El grito de los niños
Que resbalan por la colina
Y el silencio y el pino
Plantados
Como un solo cuerpo
En el aquí y el ahora
Donde no falta sino
La palabra digna
De tanto don tanta gracia.
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