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martes, 15 de noviembre de 2016

Paisaje animado de ríos (113) Amandiño - Miguel D'Ors



Amando, Amandiño, que eras de Corredoira,
cómo vuelve esta noche, con qué mágica luz,
aquel baño silvestre, y nuestras cabriolas
desnudas por el prado salpicado de bostas,
y aquella canción tuya, amigo agreste, bucanero de siete años
-«Ay, ay, ay, bendito es el borracho»-,
bajando por las hondas carballeiras
desmedida, insistente y en pelotas.
De aquel verano todo se ha perdido
menos aquella hora
maravillosamente sediciosa.

Después
tú te quedaste por tu mundo, libre de calendarios;
yo me adentré en el olor intacto de los nuevos libros.
De ellos salía el camino que -cursos, gentes ciudades-
me ha traído hasta esto.

Y ahora que contemplo mi vida
y me vienen ganas de darle una limosna,
le pregunto a los años
qué habrá sido de ti, Amandiño, amigo de un verano;
qué habrá sido de mí.

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