Del cuerpo; se ha dicho que el cuerpo
De tanto arder va haciéndose traslúcido
En su barniz, y eso de las células
Cerebrales es más bien farsa
De acuerdo con el éter del tres mil,
Puede
¿Por qué no? De poder puede
Siempre que no sobre la madre
En esto de la preñez y todo se convierta en botella,
En copa o en botella es lo mismo, y la resurrección
Sea un vidrio distinto, de nueve meses venenosos.
Con otro cielo, claro está, y otra distribución
De lo umbilical donde la fiesta sea de uranio
Con arcángeles de uranio y rosas de uranio,
Una fiesta larga con además desnudas bellísimas
De uranio, a la velocidad
De la mortandad del uranio.
Y algo de música, siempre algo de música,
¿Por qué no? Con trompetas.
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