A veces, hecho de nada,
Sube un efluvio del suelo.
De repente, a la callada,
Suspira de aroma el cedro.
Como somos la delgada
Disolución de un secreto,
A poco que cede el alma
Desborda la fuente de un sueño.
¡Mísera cosa la vaga
Razón cuando, en el silencio,
Una como resolana
Me baja, de tu recuerdo!
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