Como actor vacilante en el proscenio
Que temeroso su papel confunde,
O como el poseído por la ira
Que desfallece por su propio exceso,
Así yo, desconfiando de mí mismo,
Callo en la ceremonia enamorada,
Y se diría que mi amor decae
Cuando lo agobia la amorosa fuerza.
Deja que la elocuencia de mis libros,
Sin voz, transmita el habla de mi pecho
Que pide amor y busca recompensa,
Más que otra lengua de expresivo alcance.
Del mudo amor aprende a leer lo escrito,
Que oír con ojos es amante astucia.
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¡Maravilloso William Shakespeare!
ResponderEliminarLa imagen otoñal y lluviosa me encanta.
Un saludo