Oh tú, graciosa luna, bien recuerdo
Que sobre esta colina, ahora hace un año,
Angustiado venía a contemplarte:
Y tú te alzabas sobre aquel boscaje
Como ahora, que todo lo iluminas.
Mas trémulo y nublado por el llanto
Que asomaba a mis párpados, tu rostro
Se ofrecía a mis ojos, pues doliente
Era mi vida: y aún lo es, no cambia,
Oh mi luna querida. Y aún me alegra
El recordar y el renovar el tiempo
De mi dolor. ¡Oh, qué dichoso es
En la edad juvenil, cuando aún tan larga
Es la esperanza y breve la memoria,
El recordar las cosas ya pasadas,
Aún tristes, y aunque duren las fatigas!
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