Semejas esculpida en el más fino
Hielo de cumbre sonrojado al beso
Del sol, y tienes ánimo travieso,
Y eres embriagadora como el vino.
Y mientras: no imitaste al peregrino
Que cruza un monte de penoso acceso,
Y párase a escuchar con embeleso
Un pájaro que canta en el camino.
Obrando tú como rapaz avieso,
Correspondiste con la trampa del trino,
Por ver mi pluma y torturarme preso.
No así al viandante que se vuelve a un pino
Y párase a escuchar con embeleso
Un pájaro que canta en el camino.
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